” Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado “. San Juan 17:24
Hablar de unidad podría parecer algo rutinario por decirlo así, pero si analizamos a profundidad el valioso mensaje de lo que nuestro Señor Jesucristo expresó en la oración que elevaba al Padre por sus discípulos sin duda alguna encontraríamos una extraordinaria luz que cabiaría el enfoque a nuestro liderazgo.

En primer lugar analizando el contexto en el que Jesús dirige su oración al Padre ( Jn. 17:1 ) nos deja perplejos, nada más y nada menos que él estaba próximo al proceso vicario y todo a lo que eso conllevó, que haga una súplica a su Padre sólo nos demuestra su apasionado amor por todos sus seguidores y eso nos incluye a nosotros. Es que unidad es una acción de sentimiento mutuo y de entrega icondicional hacia su prójimo, es la pasión de preocupación hacia su hermano ( Hch. 4:32 ) tal como el sentir de la iglesia primitiva, es decir la unidad a la que se refiere el Señor Jesucristo no es la congregacional o física sino más bien la interna, la de un corazón una mente un sentir.
Autor: George Villón