¿Cómo superar la tentación y la prueba?

Todos pasamos por pruebas y hemos sido tentados a dejarnos seducir por el pecado. Y es que, frente a este tipo de situaciones, nuestra fe debe ser probada para determinar su autenticidad y recibir bendición. Jesús fue tentado antes de iniciar la revolución más grande en el mundo, Job fue probado antes de recibir innumerables bendiciones, y la biblia dice que recibió el doble de todo lo que tenía.  

Así como el oro pasa por el fuego para ser refinado, purificado y así obtener mayor brillo y limpieza, es necesario que el joven cristiano pase por pruebas y tentaciones, no porque está haciendo algo malo sino porque hay aspectos imperceptibles que debemos dejar de lado para estar más limpios delante de Dios. Así se nos recomienda al final de la visión de Juan en la isla de Patmos, que el justo practique la justicia todavía y que el santo se santifique todavía. El secreto acerca de la resistencia ante pruebas la encontramos en Santiago 4:7: “Someteos pues a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros”. Debemos entender que cuando se menciona que debemos someternos a Dios, se refiere de forma clara a dejarse dominar o sujetarse a la autoridad de Dios. Jesús es nuestro Amo y Señor, así lo reconocemos cuando aceptamos su sacrificio al morir en una cruz. 

A veces es difícil someternos y dejarnos guiar por Dios, pensando que nuestras ideas son mejores que el dueño del universo (que equivocados estamos) y queremos afrontar estas situaciones con nuestras fuerzas, y en medio de las pruebas pensamos que nunca terminarán, pero Dios que es tan bueno no permite pruebas de un nivel mayor al que podemos soportar; además que junto con la prueba viene la salida. 

Sabes joven, el sistema mundanal actual se vuelve cada vez más influyente, por ello para resistir al enemigo es necesario alejarnos del pecado y tener una comunión con Dios para estar revestidos de su armadura y así estar firmes contra las asechanzas del diablo.  

Finalmente, si hemos conocido realmente a Dios, ¡satanás huirá! el enemigo no puede soportar la presencia de Dios que habita en nosotros, ya que la luz no se puede mezclar con la oscuridad. Cuando se enciende una luz ésta se dispersa y no da lugar a las tinieblas. ¡Si Dios habita en nuestro corazón, satanás huirá! 

Autor: Geovanna Gómez